No tenemos refugio físico, solo muchas ganas de ayudar.
Cuidamos colonias, acompañamos a los que viven en la calle y, cuando aparece la oportunidad, buscamos un hogar para los más sociables, los que disfrutan de la compañía humana o los que aún están empezando a conocer el mundo.

No todos necesitan una casa, pero los que sí, merecen una de verdad.
Por ellos, por lo que han pasado y por lo que todavía pueden vivir, seguimos intentándolo cada día.